"La vocación es el imperativo de lo que cada cual siente que tiene que ser". Ortega y Gasset
Estamos hechos de la misma materia que los sueños:Shakespeare
El arte italiano empezó la tendencia a respetar menos la naturalidad del objeto
El realista pinta el mundo habitual, el creador lo pinta segun su deseo

El tiempo es una invensión de nuestro cerebro: Albert Einstein

El arte es una mentira que nos acerca a la realidad: Picasso

Lo que entendemos como realidad es una ilusión producida en nuestro cerebro, vivimos en un mundo creado por nuestra mente y por nuestros ojos.
Seguir pintando desde esa frontera, donde las cosas se unen se confunden se mezclan con la luz que define y oculta lo real-real y donde lo mas poderoso es la fuerza de la imaginación,
el poder de la creatividad, donde lo que vemos es menos real que lo que pensamos, menos real que lo que imaginamos, es cuando se produce como un estado de conciencia inverso, donde el objeto no se ve solo se piensa, se recrea, se imagina y eso soy yo un pintor de la imaginación. Toda mi pintura ha sido un viaje al pais de la imaginación: A. Cancio

Para comprender un cuadro hay que saber soñar : A.C.

Una de las criaturas mas dificil de domesticar es el ave de la originalidad

En las artes y las letras solo perduran los originales, los que crean algo nuevo: Ortega y Gasset



Thursday, December 24, 2009

Tuesday, December 8, 2009

La plenitud de lo cubano



En una época en que la despersonalización, conjuntamente con la mediocridad y el adefesio, es el pan cotidiano del mundo del arte, la pintura de Arcadio Cancio ocupa un lugar protagónico en el espectro de la plástica cubana. Este artista principal que hace mucho estableció su firma de estilo, no solo es, como siempre he afirmado, continuador y renovador del espíritu de le mítica “Escuela de La Habana”; sino que ha perpetuado en las implacables distancias del exilio, la imagen y la reflexión de lo cubano como una plenitud que se cumple en la intimidad.

Friday, December 4, 2009

La otra realidad



El punto de partida en toda obra de Cancio, está en la vida misma. Son sus relaciones personales las que traduce en pinturas y por ello no siente la necesidad de seguir a la naturaleza o lo que equivale a decir a copiar el entorno en que vive y se mueve este artista creador de un mundo paralelo y ajeno a la realidad circundante. Sus cuadros los crea él y cada uno constituye un universo propio donde las cosas son como las quiere y no como aparentan en la realidad. Es la otra realidad. La realidad de un imaginero, hacedor de sueños convertidos en colores.

Cuando nos adentramos en el mundo de formas y colores de lo que constituye el universo plástico de Arcadio Cancio, son varias las cosas que nos llaman la atención. La primera es su capacidad de crear obras que, con total independencia del tema, siempre nos van a remitir a él. No importa si se trata de una catedral, unos músicos o simplemente un grupo de damas reunidas en torno a una mesa o junto a un vitral. El tema, una vez más, es un pretexto con el que, desde su muy particular visión, nos entrega un mundo de formas y colores tan íntimo como apasionado donde la belleza femenina es el protagonista principal.
El arte de Cancio se concreta en una especie de síntesis estilística conformada por el realismo y la idealización de personajes o temas construidos mediante el empleo de elementos cubistas y del arte gótico, en que el color nos llega tanto por planos superpuestos como por degradación de los mismos, creando así, mediante masas coloreadas, una versión inédita del espacio. Maestro de la luz y el color no rehúye la aventura colorística sino, por el contrario, la busca y eso lo vemos en muchas de sus obras, verdaderas sinfonías de color.

Gusta de contornear sus figuras mediante una línea fluida y simple, evitando durezas y alternando ingeniosamente rectas y curvas. Tiende, ante todo, a sellar el movimiento instantáneo de las figuras mediante pocos trazos; concentrando las masas de luz y resaltando los sombreados, logrando una presencia grandiosa en cada uno de los elementos con los que compone sus cuadros, los que muchas veces son elementos arquitectónicos como el arco de medio punto bizantino, el vitral gótico o la curva y el espiral barroco, re-creando de este modo un mundo mágico donde más que convivir se mezclan organizadamente antiguas y modernas maneras de hacer. De hacer un arte que, como el suyo, nos brinda toda la belleza y originalidad que este artista es capaz de darnos en cada una de sus producciones.
En la concepción artística de Cancio existe una preocupación estética que trasciende el tema o asunto en sus pinturas y es que mira sus cuadros desde una perspectiva histórica; es decir, siente la necesidad de imprimir a su pintura a la vez que de una fisonomía propia, otra de grupo y así sitúa su arte dentro de esa corriente estética que tuvo sus albores en el primer cuarto del siglo XX con figuras como Víctor Manuel, Amelia Peláez, Carlos Enríquez y otros muchos, responsables directos de eso que hoy conocemos como la Escuela de La Habana.
Roberto J. Cayuso